El museo Nacional de Qatar (también conocido por sus siglas en inglés NMoQ) es un proyecto de Atelier de Jean Novel, que, aunque la fecha de inauguración inicial estaba planeada para 2016, la obra se retrasó hasta 2019. Se sitúa en Doha, capital de Qatar. Una de las curiosidades de este museo, es que fue construido alrededor del palacio del siglo XX de Sheikh Abdullah bin Jassim Al Thanis’s, antigua residencia del jeque durante 25 años y que en 1975 se convirtió en el Museo Nacional. 

Se puede apreciar a simple vista la peculiaridad del diseño de este edificio, compuesto por una serie de discos entrelazados, cuyos tamaños y curvaturas varían, estando además rematados por fachadas acristaladas. Desde el exterior, se crea una ilusión de translucidez gracias a la mezcla de estos elementos. 

Simbólicamente, el edificio evoca al desierto que surge del mar, pero también a la modernidad. Este museo cuenta la historia de Qatar, la cual está compuesta por las largas tradiciones, las poblaciones nómadas, la flora y la fauna de la zona. Como antiguo pueblo nómada, estas ciudades costeras se presentaban como paradas para los nómadas. 

Sin embargo, esta zona se ha visto perturbada por tres intereses a lo largo de la historia. El primero, durante la época romana, fue la pesca de perlas, así como su comercialización. El segundo, después de la Segunda Guerra Mundial, fue el descubrimiento del petróleo y el tercero el descubrimiento de gas. Especialmente desde el siglo XX, el territorio de Qatar ha conocido una evolución vertiginosa, convirtiéndose en un lugar de atractivo turístico además de desafiante.  

Siguiendo la dinámica histórica, se refleja primero la historia de la península y de sus habitantes. En un segundo plano, se reflejan los estilos de vida en el desierto, en las regiones costeras y la industria de las perlas. En un tercer momento, se plasma la aceleración evolutiva del territorio, el poder y la prosperidad actual.  

A través de artefactos geológicos y arqueológicos tradicionales, y la misma estructura del museo, el visitante disfrutará de una experiencia única que lo situará entre el desierto y el mar. 

La arquitectura y estructura del museo simbolizan los misterios de las concreciones y cristalizaciones del desierto, sugiriendo el patrón entrelazado de los pétalos en forma de cuchillas de la rosa del desierto…”

Jean Nouvel

La rosa del desierto

El museo está inspirado en las rosas del desierto, rocas sedimentarias que se crean en el desierto a partir de rocas, agua y arena, las cuales se pueden encontrar en el noreste de Qatar. Como flores silvestres, la estructura de rosas del desierto crece alrededor del palacio original, lo que permite relacionar el edificio nuevo y antiguo de manera glamurosa. Se presenta como arquitectura autocreada por la naturaleza, cuyo diseño se expone casi como una utopía. En comparación al paisaje de rascacielos, el museo contrasta por su diferencia de altura. Este edificio lo podríamos clasificar en el organicismo, puesto que es un guiño a la rosa del desierto y es una forma de integración del desierto en la ciudad.

El diseño del museo también actúa frente al clima local, proporcionando grandes superficies de sombra, amortiguando las cargas de enfriamiento gracias a las cavidades del disco, del hormigón y de la vegetación. El hormigón color arena, consigue integrarse a la perfección en el ambiente. Además de contar la historia nacional del pueblo, la combinación entre la sombra y la luz, el movimiento que fluye y el surgimiento a partir de la tierra, se fusionan a la perfección con la historia a contar. 

Un espacio único

Esta obra cuenta con un área de casi 40.000 m2, de los cuales 10.000 m2 están destinados a exposiciones. Como ya hemos dicho, este espacio se compone totalmente por discos de gran tamaño, inclinados, encajados, seccionados... En definitiva, este espacio contemporáneo es único en cuanto a las formas tanto del exterior como de las salas interiores. En el resto del área podemos encontrar un gran parque con laguna artificial incluida, un centro de investigación, laboratorios, una sala de conferencias, un auditorio, dos restaurantes y una cafetería, además de todo el espacio necesario para la conservación de las colecciones. Si aún había alguna duda de la magnitud de este proyecto, creo que con todos esos componentes se resuelven enseguida. Este museo, es una vanguardia de la tecnología, como Qatar. 

130 discos componen los techos, las losas y las paredes del museo. Estos son de diferentes tamaños, con radios de entre 10 y 43m. Los discos verticales, son los que soportan las cargas de la estructura y de los discos de techo, transmitiéndolas a la base. 

Están formados por una estructura de armadura radial de acero ensamblada con una envoltura de impermeabilización. 

Las rosas de la historia

Este museo simboliza los misterios de las cristalizaciones del desierto, surgiendo de esa manera un patrón de pétalos entrelazados en forma de rosa del desierto. De esta manera, la forma del edificio se adapta al funcionalismo orgánico, imitando la naturaleza y adaptándose a las actividades humanas, en este caso para contar la historia de Qatar y su pueblo.

Materiales

Los principales materiales utilizados son el hormigón armado, fibra de vidrio, cristal y estructuras de acero. 

La solución estructural, se apoya en armazones de acero radiales y ortogonales, aguantando así paneles de revestimiento de hormigón reforzado con fibra, requeridos para la envoltura del edificio.

La estructura primaria, construida de acero, controla la geometría curvada de las lentes o discos y cuenta con una rosca circular interna. La estructura secundaria, se compone por perfiles de acero curvados, de manera que coincida con el panel de hormigón, y de vigas. Ambas estructuras se fijan con pernos en las extremidades.

Los discos de varias dimensiones, se entrelazan formando una estructura de acero revestido con paneles UHPFRC. El uso de hormigón reforzado con vidrio, permite reducir el grosor de revestimiento, sin usar un refuerzo pasivo adicional, aun siendo los paneles grandes y aunque las variaciones del viento y de temperaturas sean extremas. El grosor de los paneles aumenta en la periferia de la estructura para permitir la fijación a la estructura secundaria. Estos paneles son muy durables, resistentes y poco porosos. Además, también es favorable para el desarrollo sostenible, puesto que reduce la cantidad necesaria de arena. 

El proceso de planificación se hizo a través del modelo BIM (Building Information Modeling), lo que facilitó la comparación de ideas en cuanto a los planes y diseños. Además a causa de la complejidad geométrica, la tecnología BIM supuso una gran simplificación del proyecto, que además conseguía detectar rápidamente los fallos estructurales o choques entre los discos.

La cueva de la luz

El museo contiene una tienda llamada Dahl Al Misfir, traducido en español como “cueva de la Luz”, construida a partir de 40.000 piezas de madera. Esta tienda está inspirada en el santuario subterráneo de mismo nombre, formado por cristales de yeso fibroso, que desprenden un resplandor similar al de la luna. Las capas de madera, se extienden hacia abajo como estalagmitas, formando columnas y diversas estanterías. La luz se filtra desde tragaluces, perforando los techos simulando el movimiento de las cuevas. 

Este museo no tiene un eje marcado y mucho menos una simetría. La totalidad de este edificio parece estar en movimiento, como lo está el desierto y la arena al formar las rocas. Contrasta con las formas rectangulares y la altura de los edificios, pero se mimetiza con el color del desierto. Este edificio, rompe casi todas las normas tradicionales de la arquitectura, lo que da como fruto una arquitectura completamente única, cuya complejidad resulta asombrosa.